Hace tiempo que no abro el blog. Me gusta escribir, pero me molesta que alguien pueda identificarme. Prefiero que quede anónimo. Pero entonces ¿para qué escribir un blog?
Termina el mes de agosto. He cogido varios días de vacaciones que se han disfrutado. He conocido sitios nuevos y visto a amigos viejos. Y ha sido agradable. Había un grupo de buena gente para fiestas, de esos que ves poco, y hay mucho que contarles.
Vacaciones en las que se trasnocha, se baila y se disfruta, se abandona el hábito y se pierden las costumbres.
Estamos en esa fase en que los hijos vuelan solos. Ahora quieres que te dejen libre, poder disfrutar de tu tiempo sin sus ataduras. Mañana les echaremos de menos cuando se vayan, pero ya no tendrá remedio.