Dicen que salimos de la crisis
pero los ciudadanos no lo percibimos. Baja el paro en estadísticas sin
contratos de calidad, pero siguen vendiendo que sus números son optimistas, que
la salida está ahí.
El ejemplo demoledor es
Grecia. Sus “soluciones” han multiplicado por cuatro el desempleo, han creado
tres millones de pobres de solemnidad y han puesto a la mayoría restante en el
umbral de la miseria. Saben que es imposible pagar la deuda existente, que los
intereses la aumentan hasta el infinito, que por cierto ya tienen los bancos
alemanes provisionada.
¿Si lo peor ha pasado, no es hora de empezar a pensar en las
personas? Estamos en Europa, la cuna de la civilización occidental, los
creadores del estado del bienestar, ¿y la única solución es seguir planteando
recortes a los ciudadanos?
La respuesta al desmoronamiento del país, al
hambre, son más amenazas. Paralización de las negociaciones del FMI, informes
de Alemania sobre la salida del euro si gana Syriza. Deben someterse, seguir pagando
deudas que no son suyas, deben pasar hambre para proteger el sistema, como
escarmiento por ser pobres. Para amordazarnos al resto.
Publicada en EL CORREO como carta al director el día 25/01/2015
Publicada en EL CORREO como carta al director el día 25/01/2015