Los bandos afianzan sus posiciones. Los nacionalistas hablan de secuestro de urnas, de libertades borradas, de derecho a decidir. Como si la democracia no se fundara en normas y en garantías. Porque Franco también organizó referendums, y su régimen también hablaba de democracia (aunque fuera orgánica). El gobierno habla de respeto a la ley, disfrazando un problema político provocado por su incapacidad, por preferir rentabilizar el voto anticatalán del resto de España, por no negociar nada.
Puede pasar cualquier cosa. De aquí al uno de octubre seguirá subiendo la tensión sin límite. Toda la estrategia está medida, los golpes planificados. Aunque nadie va a ganar, en lugar de controlar los daños, (la solución solo aparecerá a partir del día dos), quieren machacar al otro, despreciando la inteligencia, arrastrando la ruptura hasta la calle.
La incompetencia y la irresponsabilidad se han adueñado del escenario, y solo puede ir a peor. No soy equidistante, la ley hay que respetarla porque sino nos quedamos sin libertad y sin justicia. Pero la incapacidad de Rajoy puede llevarnos a un desastre de difícil marcha atrás.
Publicado en el CORREO como carta al director el 21/9/2017
