El otro día aparecieron datos oficiales que ilustraban perfectamente la situación de la juventud en España. El paro alcanza el 40 %, y de los que trabajan, un 35 % no llega al salario mínimo interprofesional.
Estas letras no sirven para justificar ningún tipo de violencia, sobre todo porque esas algaradas solo consiguen desviar el problema hacia los destrozos y los saqueos. Mucho mejor que analizar las medidas que no se toman, y que producen una mano de obra tan cualificada como barata.
El poder establecido necesita crisis, violencia, ruidos que desvíen la atención de los problemas reales. Teme una protesta que denuncie que jóvenes formados con los impuestos de todos están subempleados o emigrados, que las reformas laborales les han dejado sin derechos que reclamar. Y que la congelación del salario mínimo es otro golpe más, pese a que todos sabemos que esta crisis, sobre todo, lo que está disparando es la desigualdad.
¿Qué sociedad estamos haciendo que para sobrevivir solo encuentra soluciones machacando a los más débiles?
Publicado en "Cartas al director" el 27/02/2021 de EL CORREO
