Seguimos en movimiento, sin saber exactamente hacia donde, pero no nos dejan parar. Nos convencen de que no se puede perder el tiempo, pero la verdad es que evitan que lo meditemos.
La situación se presenta terrible, la sociedad se está parando. Hablan de crisis sistémica, cuando deberían llamarla desconocida. No hay soluciones porque ingoramos el problema, solo vemos consecuencias y personas que explican el origen de maneras distintas.
Hay alternativas ocurrentes, que no solucionan nada, y otras que apoyan a los de siempre, que volverán a hacer lo mismo con el nuevo dinero a su disposición. Hay un sálvese quien pueda, miedo, desconfianza, y los que creemos que estamos al margen, más seguros, acabaremos salpicados por la realidad. Porque esa sí es tozuda.
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