Es emocionante ver como nuestros políticos
siguen insistiendo en las mismas políticas económicas. Esas que no sirvieron de
nada en Grecia, Portugal e Irlanda, dan los mismos frutos en España e Italia, y
pronto en Francia. Alguien decía el otro día que la aplicación de lo mismo en
Chipre denotaba que no hay atisbo de vida inteligente en Europa. Malas lenguas.
Claro que determinadas medidas denota que
la miseria humana no tiene límite. Dificultar que al que no le queda ni trabajo
ni paro acceda al miserable subsidio de 400 euros, retrata a nuestros
gobernantes de manera dramática. No hay enchufados que echar ni chiringuitos
que cerrar. Hay que humillar todavía más a aquel al que le hemos quitado su
medio de vida. Para que escarmiente.
Y la última que nos ha llegado ha sido
impedir las ayudas al Programa Nacional de Transplantes a todas aquellas
Comunidades Autónomas que no cumplan las cifras de déficit. Es decir, que ponen
ineptos para que gobiernen, y sino cumplen, castigan a los ciudadanos. Y en un
programa referente mundial por su calidad. Ellos no se tocan, no echan ni al
mal gestor. Pero en Valencia los transplantes a los ciudadanos empezarán a
perder calidad porque su Presidente prefiere avalar al Hércules, Elche y
Valencia C.F. en lugar de gestionar sus recursos con inteligencia.
El problema es que casos como el de
Ponferrada, la imputación del sr. Pujol o las primeras medidas de Urkullu
reduciendo la inversión en I+D+I un 30 %, demuestran que el resto de los
partidos siguen sendas bastante parecidas a la del PP. Si al final los
equivocados seremos los ciudadanos, que nos quejamos de todo, pese el magnífico
futuro que preparan para nuestros hijos de dicha y trabajo gracias a la
emigración.
Publicada en EL CORREO como carta al director el 23/03/2013
Publicada en EL CORREO como carta al director el 23/03/2013