miércoles, 4 de septiembre de 2013

CORRUPCIÓN CON MAYÚSCULAS



     

La corrupción es un problema dramático para cualquier sociedad democrática. Genera desconfianza, suciedad, injusticias que deben ser combatidas con controles institucionales, y con los todavía hoy escasos resultados ejemplarizantes.

La sociedad civil intenta defenderse y destapa esa lacra. Denuncias judiciales, valientes que dan el paso y prensa que investiga y acusa, provocando ese tremendo ruido mediático que está empujando procesos, que descubre pruebas y enfoca a magistrados. Pero que al mismo tiempo genera hartazgo contra la política, una niebla que iguala a todos los electos para esconder a los sinvergüenzas, que nos invita a pasar de partidos y encomendarnos a algo que nos saque de este marasmo, y realmente no sé si de manera inocente.



      

Porque tantas diarias "novedades", que todavía no han metido chorizos en la cárcel, empiezan a parecer un capote que nos ponen para tapar los auténticos responsables de esta crisis, los poderes financieros y su actividad convenientemente desregulada, y dirigirnos contra esa colección de incapaces que nos gobierna, que deberíamos cambiar por milagrosos "tecnócratas" apolíticos, que salven sus intereses sin ningún control democrático.

            El Poder tuvo un problema con los indignados, con sus asambleas y sus reclamaciones apoyadas por los ciudadanos. Después fueron las plataformas contra las hipotecas, que tras un ligero brillo, unos escasos momentos de gloria, han sido absorbidos por el sistema y olvidados por la población. ¿Es lo que se busca con la corrupción reinante entre nuestra clase política y económica? ¿Se impondrá la amnesia del miedo para olvidar la ruina que nos ha regalado su codicia?

lunes, 2 de septiembre de 2013

CIUDADANOS ARRUINADOS.


      Además de estar harto de todo lo que rodea a la corrupción, a sus diarias"novedades" con que nos aburren, y que todavía no han metido apenas a chorizos en la cárcel, empiezo a pensar que pese a la gravedad de los asuntos y a su cantidad ocultan lo verdaderamente grave de la crisis.

      Pese a los anuncios del Gobierno de una incipiente recuperación, con unas cifras de paro falseadas por el turismo de verano y los cansados de apuntarse mensualmente para nada, los ciudadanos seguimos sin ver mejoras en nuestros bolsillos o en nuestra calidad de vida. Las cifras macroeconómicas dirán lo que usted quiera interpretar, pero las bendiciones no llegan a los ciudadanos.

       Claro que esto no ocurre con todos los sectores afectados. Por enésima vez hemos leído que antiguos gerentes de Liberbank, que lo han llevado al desastre, se ha ido a casita con indemnizaciones millonarias. Igual que el resto de los ciudadanos, y que los subordinados que su gestión obligará a despedir.

      Pero lo más curioso es lo del Sareb, o banco malo. Han comprado (con dinero público de todos) la basura que generó la locura inmobiliaria, promociones sin vender, pisos y solares, con un descuento del entorno del 50 %. Ahora, para darle salida, se lo están vendiendo a "Fondos Buitres", con otro espectacular descuento, que incrementarán las pérdidas del banco que pagaremos a escote.

      Y la pregunta es obvia: ¿No se podrían haber aplicado esos descuentos (que insisto pagaremos entre todos) a esas familias que se han quedado en la calle porque la gestión de banqueros y políticos les han quitado el trabajo? Primero les han arruinado, les han echado de su casa y luego entre todos pagaremos el agujero que los propios bancos han generado por su ambición. Vamos, que pase lo que pase, algunos nunca pierden.