De un tiempo a esta parte me está
llamando la atención la política informativa de nuestro Gobierno Vasco, muy
preocupado de contarnos por qué no solucionan ciertos problemas.
Una de las últimas controversias dejó
claro que los resultados del grado de comprensión y utilización del euskera en
Educación no llegan a los objetivos fijados. Escuchar a altos cargos del
departamento explicar que una de las principales causas era que los padres no
hablaran euskera, me sorprendió. Primero porque suponía que nuestros próceres
conocían el grado de euskaldunización de la sociedad antes de tomar sus
decisiones. Y segundo porque con todos los medios puestos a su disposición, muy
superior al resto de los alumnos del país, los resultados comparados no estén a
la altura de los recursos empleados.
Ahora parece que no consiguen
seducir a médicos para que ocupen plazas de Osakidetza, y tal vez debamos ir de
la ceca a la Meca en busca del facultativo correspondiente. Los ciudadanos no
necesitamos excusas. Lo que sí es público es la precariedad abusiva de los
trabajadores de nuestra sanidad y la imaginación que sus tribunales emplean
para intentar colar amiguetes en puestos golosos.
¿Por qué no nos cuentan qué van a
hacer para solucionar los problemas que aquejan a nuestra sanidad pública, que
se deteriora por momentos? Si los médicos no vienen aquí es porque en otros
sitios lo hacen mejor y les atrae más buscarse la vida lejos de nuestro paraíso
vasco. Hoy en el ambulatorio de Basauri había carteles informando que de 18
facultativos faltaban ocho, no se estaban cubriendo bajas y el trabajo se lo
repartían entre los restantes. Por favor, cumplan con su obligación y no nos
tomen por memos.
Publicada en El Correo, cartas al director el 15/06/2022
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