Casi dos meses sin entrar, sin tener nada que contar, o al menos sin hacerlo. Ha sido emocionante, ha habido mucho trabajo, buenos resultados y algún disgusto, como el resto de los meses.
Me preocupa la calle. Hay sensación de parálisis. Ha bajado el tráfico, el consumo, el ruido. Salvo momentos puntuales, tengo sensación de tristeza, de preocupación, de miedo.
Unida al grave problema económico, formará la tan temida profecía autocumplida. La situación es muy dura, y con el miedo a que sea aún peor, nos quedamos en casa, y eso agravará el escenario. Me parece patético el Gobierno intentando vender "brotes", "que lo peor ha pasado", porque no es cierto. Pero tampoco tienen otro remedio, y con la oposición civilizada y positiva que tenemos, no queda otra que tirar solo del carro. Y no va a poder.
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