lunes, 29 de junio de 2009

Política en mi País.

Me gusta como está cambiando mi País. El actual Lehendakari es completamente distinto. Habla claro, no utiliza eufemismos, ni maltrata el idioma. Emite un mensaje diáfano: hay un problema que debemos resolver entre todos, sin miramientos, y aquellos que quieran hacer trampas, o los que no las condenen, están condenados al ostracismo.
No hay disculpas. Hay reglas de juego, conocidas por todos y a respetar por todos. Y hay esos dos graves problemas, el económico y el respeto a la discrepancia. El primero se aborda entre todos, con trabajo, con responsabilidad y asumiendo riesgos.
El segundo es más grave y más profundo, y su solución llevará tiempo y esfuerzo. Primero desde los medios públicos, para cortar mensajes equívocos o claramente ilegales. Luego desde la educación, con la tolerancia y el respeto a la discrepancia como valores a priorizar. Y por último con la actuación de la Ertzantza y la Justicia. Es imprescindible convencer a todo el mundo de que el que la haga la pagará, más pronto que tarde.

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