La huelga de los trabajadores de
Bizkaibus es un ejemplo más de la falta de respeto con que determinados
sectores de la clase política y empresarial han comenzado a tratar a los
ciudadanos. Alguien ha decidido que ya no vale con que los trabajadores firmen
(no siempre al alza) acuerdos con la Diputación de Bizkaia. Ahora, a la hora de
hacerlos cumplir, el Departamento de Transportes decide renegociarlos,
olvidando la palabra dada; menospreciando a 1200
trabajadores y poniendo en peligro 300 empleos con nuevos recortes.
Ya hay trabajadores que por los días
de huelga realizados han perdido el 50 % de su salario. Los negociadores de
Transportes en una muestra de soberbia digna de mejores causas, no se conforman
con llegar una hora tarde a sus convocatorias ni despreciar propuestas: han
citado a los sindicatos dentro de una semana, intentando reventar la huelga
indefinida ahogando a los trabajadores.
Los sindicatos están haciendo
permanentes llamamientos a la tranquilidad en una muestra de responsabilidad
que se echa de menos en la otra parte. Que la Diputada se esconda tras unos
negociadores sin más argumentos que su prepotencia, no tapará su incapacidad para
solucionar los problemas que ella misma ha creado. Y si no se soluciona rápidamente
este conflicto, no terminarán en ella las responsabilidades, y salpicará
directamente a la gestión del señor Bilbao.
Publicado en EL CORREO como carta al director el 29/10/2014
Publicado en EL CORREO como carta al director el 29/10/2014
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