miércoles, 17 de septiembre de 2014

DESATINOS


        El Partido Socialista quiere recuperar la credibilidad perdida. Recobrar los ideales que le hicieron necesario para esta sociedad, para las clases medias, los trabajadores. La crisis ha destrozado el país, y ya uno de cada cinco ciudadanos estamos al borde de la pobreza, de la exclusión social.

        Se empieza desde la base, se cambian los métodos de funcionamiento. En la Conferencia Política diseñan las líneas maestras para conectar con los ciudadanos. Involucrarles, que vean que son parte vital del proyecto, que participen porque eligen. Llega el gran día y hay Secretario General votado por los afiliados. A diferencia de Andalucía, aquí no hay problemas de organización. Gana el que más votos tiene y se cierra el debate.

        Pero empiezan las rectificaciones. Para sorpresa de muchos, lo primero es retrasar la elección del candidato a Presidente del Gobierno. Lo aprobaron todos en la Conferencia, pero ahora se dan cuenta de que es mejor retrasarlo. La fecha propuesta es ¡en verano!: curiosa manera de fomentar la participación.



        Dicen que toca elegir candidatos a alcaldes y presidentes de comunidad. Pero ahora ya no serán todas abiertas a simpatizantes, a ciudadanos. Tienen miedo, Tomás Gómez entre otros, a que la "excesiva participación" les poga en su sitio (¿en la calle?). Y como colofón, en un ejercicio de apertura sin precedentes, ¡impiden participar a las juventudes socialistas en estas elecciones internas! Eso será para que los jóvenes se acerquen ... ¿a Podemos?.


        Creo que esta nueva Ejecutiva no ha entendido nada. Suena a repliegue, a un esperar a que pase el temporal desde mi chiringuito, que los demás se hundan y así regresaré yo. La sociedad evoluciona a marchas forzadas, empujada por la crisis, y no hay ni criterio ni propuestas desde el mundo socialista. Y las encuestas dicen que ya no hay tiempo que perder.

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