Después de obtener los peores
resultados electorales de nuestra historia, en medio de las negociaciones para
formar Gobierno, (en el peor momento como ya es habitual en mi partido), se
abre la caja de los truenos en las alturas.
En lugar de presentar la dimisión
la ejecutiva en pleno por el desastre sufrido, sin la menor autocrítica,
decidimos seguir adelante en ese proceso de “pasokización” que con tanto
entusiasmo hemos iniciado. Claro que si dimite Pedro Sánchez ¿qué tendrían que hacer
en Madrid, Euskadi, Cataluña, Valencia y tantos otros con resultados al menos
tan penosos?.
Pero no solo no nos vamos, sino que empezamos a echarnos las culpas entre nosotros, a cuestionar al Secretario General, dando la razón a la competencia que insinúa que va a durar dos telediarios. Debilitamos al líder y proponemos congreso en medio de la posible próxima campaña electoral, muestra de división absoluta para quedarnos, con suerte, a la altura de Ciudadanos.
El espectáculo es patético. En
lugar de preparar una estrategia de negociación creíble, una alternativa que
solucione los problemas de los ciudadanos, nos liamos a graznar entre nosotros
destrozando la poca credibilidad que queda.
¿Pero no tiene que formar gobierno el PP como fuerza más votada? Ni
nombrando a Errejón en la Ejecutiva se lo pondríamos más fácil …
Arrigorriaga 31/12/2015
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