Un país con seis millones de parados, sumido en una recesión sin precedentes que los aumentará sin duda, con la banca rescatada por la Troika a costa de todos los españoles, se encuentra de la noche a la mañana con que el partido del Gobierno, con su Presidente a la cabeza, está implicado en un reparto de sobresueldos de origen harto dudoso y sin declarar a Hacienda.
Estupefacción. Estamos al borde del abismo de la mano
de estos recortes suicidas, y ahora los que nos dirigen sin orden ni concierto,
¡además están bajo sospecha!. Porque hasta ahora, a regañadientes, acataba lo
que me mandaban porque habían ganado unas elecciones, y como demócrata no
concebía otra alternativa. ¿Pero ahora quién va a pedirme no sé qué esfuerzos
para salir de la crisis? ¿El Gobierno? ¿El PP?
Ellos mismos han hablado infinidad de ocasiones que
lo más importante es generar confianza. ¿Dónde vamos con estos? ¿En qué foro se
pueden presentar, dónde pueden pedir ayuda, a quién quieren convencer después
de lo que se está sabiendo? Si en Europa ya teníamos una imagen de país de
pandereta, si no nos querían ya ni rescatar, ¿esto mejorará la prima de riesgo?
¿Atraerá inversiones por la seguridad en nuestro futuro y nuestro prestigio
como Estado?
Si tuviera dinero montaría una academia de idiomas.
Da igual, inglés, croata, swahili, porque de lo que se trata es poder salir de
esta atmósfera casposa, de esta suciedad (que no sociedad) a la que nos
arrastran la mediocridad, la avaricia y la estupidez.
Publicada en EL CORREO como carta al director el 02/02/2013
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