sábado, 15 de junio de 2013

INTERESES E INTERESADOS

        Me han dejado perplejo las declaraciones de Mario Fernández sobre la sentencia del Supremo referente a las clausulas suelo de las hipotecas. Sinceramente pensaba que este hombre, además de humildad tenía más sensibilidad ante los gravísimos problemas que soporta la gente por los abusos de los bancos.

        Su crítica a los jueces por "reemplazar o completar al legislador" ante clausulas completamente abusivas, impuestas al cliente desde el consabido o esto o nada, además de dejar malparados a los políticos por su incomparecencia, revela una defensa leonina de sus privilegios de banquero sobre cualquier derecho de sus clientes manipulados.

        Pero tan grave como este apartado me parece su ataque al Parlamento, por no haber tenido en cuenta "todos los intereses que resultan afectados" en la reciente reforma (tacaña donde las haya) sobre la normativa hipotecaria. Es decir, que también hay que tener en cuenta los intereses de los bancos no solo cuando nos prestan, sino cuando nos esquilman, con cláusulas  que han tildado de abusivas los Tribunales Europeos.



        Su negativa a aplicar la sentencia sobre las clausulas suelo "hasta que no le quede otro remedio", que al ser del Supremo crea jurisprudencia, denota una actitud soberbia que no parece la más apropiada en estos momentos, cuando gran parte de los problemas que soportamos se deben a la incompetencia y a la sinvergüencería de los banqueros de este mundo globalizado.

        Y también podría alguien recordarle que el banco que dirige es propiedad todavía de nuestras cajas de ahorros, es decir de los vascos, que queremos tanto una gestión eficaz como la protección de nuestros intereses como clientes y como ciudadanos.


miércoles, 12 de junio de 2013

JUECES TIRANDO DEL CARRO

        Lo triste de esta situación agónica en que nos encontramos, en que la clase política ha asumido la táctica del sálvese quien pueda, y de los ciudadanos que se preocupe cada uno de lo suyo. Es la sensación de completa parálisis, cuanto más alto hablan menos hacen, cuanto más agudo es el grito más vacía está la propuesta.

        Y quién lo iba a decir. Si se mueve algo en este marasmo es gracias al poder judicial. Ese que no hizo la transición, que mantuvo (y mantiene) un sector ferozmente conservador poco amigo de ningún cambio. Ellos han sido los que han obligado a los tribunales europeos a manifestarse sobre la indignidad de la normativa hipotecaria existente, que daba todos los derechos a los bancos y ninguno a sus clientes. Y ellos acaban de obligar de nuevo a los bancos a eliminar algo tan vergonzoso como las clausulas suelo en las hipotecas, por las que, como siempre, solo ganaban los bancos.



        ¿Y qué ha pasado? ¿Cuántos bancos han quebrado por esas medidas inmorales que los políticos no se han atrevido a liderar? Está claro que ninguno, que ya se han creado ellos solitos suficientes problemas con su gestión descerebrada.

        Y ahora quedan todos los casos abiertos, y que ya deseamos que alguno se juzgue, sobre la corrupción. Está claro que el poder hará todo lo posible por torpedear una investigación profunda, (disolución de unidades fiscales eficaces como en Mallorca, falta de medios en determinados juzgados...) contra lo que la labor de la prensa importante hasta ahora pasará a ser fundamental.

        El nuevo peligro puede ser la intromisión de jueces en el Constitucional en función de su ideología, y no de su capacidad. Incluso ha habido dudas sobre si uno de ellos cumplía con los requisitos, solventado por el voto de calidad del presidente y sus muchas colaboraciones escritas en FAES.

Publicado en EL CORREO como carta al director el 14/06/2013

sábado, 1 de junio de 2013

PARADOJAS

El otro día nos desayunamos con un ocurrente informe del Banco de España. Nos recomienda para salir de la crisis bajar aún más el salario base a los jóvenes, ya de por sí de los peores de Europa. Esa institución que no sirvió para su cometido, que no es otro que vigilar las prácticas bancarias y la salud de sus cajas, aún no se ha enterado de que por mucho que bajen los sueldos, si no hay demanda ni crédito ninguna empresa contratará a nadie, porque no necesitará ningún empleado. Salvo que lo que quiera es echar a trabajadores y colocar esclavos.



Los sindicatos nacionalistas en su enésimo brindis al sol, volvieron a convocar otra huelga general en solitario. Pese a que el problema es español y europeo, decidieron convocársela a Urkullu (¿a qué otro político afectó?) y demostrar que tienen más fuerza que los sindicatos de clase. Los problemas de los trabajadores y las carcajadas del poder por división tan oportuna, no deben ser su problema.

Gracias a Dios nuestros diputados se preocupan de los problemas importantes del País: en el bar del Congreso la copa a 1,30 y los cubatas a 3,50. Si ya de por sí es sonrojante el tema, lo es más que en un centro de trabajo (van a eso ¿no?) vendan bebidas alcohólicas. ¿Y si probamos ahora en plan abstemio? Peor no va a salir...