El otro día nos desayunamos con un ocurrente informe del Banco de España. Nos recomienda para salir de la crisis bajar aún más el salario base a los jóvenes, ya de por sí de los peores de Europa. Esa institución que no sirvió para su cometido, que no es otro que vigilar las prácticas bancarias y la salud de sus cajas, aún no se ha enterado de que por mucho que bajen los sueldos, si no hay demanda ni crédito ninguna empresa contratará a nadie, porque no necesitará ningún empleado. Salvo que lo que quiera es echar a trabajadores y colocar esclavos.
Los sindicatos nacionalistas en su enésimo brindis al sol, volvieron a convocar otra huelga general en solitario. Pese a que el problema es español y europeo, decidieron convocársela a Urkullu (¿a qué otro político afectó?) y demostrar que tienen más fuerza que los sindicatos de clase. Los problemas de los trabajadores y las carcajadas del poder por división tan oportuna, no deben ser su problema.
Gracias a Dios nuestros diputados se preocupan de los problemas importantes del País: en el bar del Congreso la copa a 1,30 y los cubatas a 3,50. Si ya de por sí es sonrojante el tema, lo es más que en un centro de trabajo (van a eso ¿no?) vendan bebidas alcohólicas. ¿Y si probamos ahora en plan abstemio? Peor no va a salir...
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