viernes, 26 de julio de 2013

POBRES AYUNTAMIENTOS...

      Hay cosas tan serias que no las deberíamos dejar en manos de los políticos. Me refiero al espectáculo de la reforma de la administración local con que amenaza el PP, que ni si, ni no, sino todo lo contrario.
Plantearlo con sentido común no tiene mucha dificultad: Se estudia qué ayuntamientos funcionan ahora y cuales no, qué competencias deben desempeñar y qué tamaño mínimo han de tener para hacerlo con eficacia y a un precio razonable. A partir de ahí se procurarían ayuntamientos sostenibles financiéramente, con competencias claras y sus recursos mínimos.
Pero su debate va por otros sitios. Empezamos a oír las ocurrencias de rigor, y lo importante pasa a ser si deben o no cobrar los concejales, si hay que reducirlos en un 30 % (¿y porqué no un 42?) o si hay que quitar las competencias a los entes pequeños (¿para qué los querríamos?).



                                                         El templo del Faraón

           Pues a mí personalmente me interesan mucho más otra serie de preguntas:
1/ ¿Para qué necesitamos en España 3800 municipios con menos de 500 habitantes, el 47 % del total, que ni recaudan, ni tienen medios y dependen de otros para prestar los servicios? ¿Porqué no se fija un número mínimo de habitantes (flexible, porque hay diferencias entre zonas por su orografía, su densidad, etc) y se procede a una fusión de entidades? (Menos políticos)
2/ ¿Porqué no se ponen unos topes máximos de sueldos por tamaño de sus pueblos a los alcaldes, de número de concejales liberados y sobre todo de "asesores", que ya hay funcionarios y son los que tienen que sacar los asuntos? Por cierto, que las retribuciones sean públicas, para que luego los votantes "decidan" en las urnas si se lo han ganado o no. (Ahorro masivo de enchufados)
3/ Y en cuanto a los servicios a prestar y a su coste, cualquiera ve que no es lo mismo hacerlo en pueblos grandes concentrados que en pequeños núcleos aislados. Hoy en cada ayuntamiento hay un interventor de habilitación nacional, y por encima tribunales de cuentas. Que se pongan a fiscalizar el uso del dinero en cada sitio (que es para lo que cobran), que tengan medios para ello y los mangantes a la cárcel. Hay instrumentos de sobra, solo hay que hacerlos funcionar, y que sea con auténtica transparencia. (Ahorro real de recursos)
Si no se hace así sospecharé que el verdadero objetivo es privatizar, por ejemplo el abastecimiento de agua que es una mina de oro, o mantener sus privilegios, modificando muchas fachadas para que quede todo como estaba.

Publicado en el Correo como "Carta al director"

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