lunes, 3 de noviembre de 2014
POLÍTICA Y POLÍTICOS.
Este es un momento de crisis y sobre todo de paradojas. Cuando todo se tambalea, cuando asoma el miedo, más necesitamos la información, el debate, la política en sentido puro. Y justo ahora descubrimos que estamos solos, que los líderes que deberían velar por que nadie se quede atras están enfangados en sus chanchullos, con un nivel de descrédito récord en nuestra historia.
El abandono de la política con mayúsculas ha tenido consecuencias terribles. Sin discusión han decidido salvar bancos a costa de recortar sanidad y educación. Se están cargado la investigación, los derechos laborales, la ley de dependencia, "porque era la única solución", porque ellos no necesitan redistribuir riqueza, porque la quieren toda.
Y demasiados políticos hicieron el trabajo sucio. Eliminaron todo tipo de controles independientes, copando la dirección de los jueces, el Tribunal de Cuentas, los organismos reguladores, evitando contrapesos que entorpecieran su rapiña y la de sus jefes, benificiando a grandes empresas y monopolios que les proporcionarán un dorado retiro tras el deber cumplido.
Ahora se preocupan porque contra todo pronóstico la indignación tiene un vehículo, los súbditos se revelan y amenazan sus poltronas. Porque por pura desesperación se esté apoyando a alguien que no ha demostrado nada, solo por decir que es distinto. No sé si será peligro o esperanza. Pero puede convertirse en una necesidad.
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