Que el único acuerdo logrado con el PP sea ocultar los datos de los viajes de los diputados, señala el nivel de la Ejecutiva que acabamos de elegir. Que los ciudadanos no tengamos derecho a saber qué pasa con cada euro público, que no conozcamos sus agendas, sus reuniones y su trabajo, como en las democracias que merecen el nombre de tal, casa muy mal con los mensajes de cambio, renovación y transparencia que se lanzan desde Ferraz.
Estos hechos, alguna votación sobre el Consejo Consultivo de Madrid y la no asunción de responsabilidades cuando toca (Parla), es lo que queda en la retina de los votantes, ya basante mosqueados, por mucho que el mensaje lleve un envoltorio elegante y preparado. ¿De verdad tenemos claro a qué "Pablo Iglesias" queremos apoyar con nuestros actos?
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