Si la situación ya era penosa con seis millones de parados y una recesión galopante, ahora también disfrutamos de un gobierno que ha tirado la toalla, que ha reconocido su incapacidad para salir de la situación, y que como única solución nos pide paciencia.
Saber que en el 2.015 habrá más parados que hoy, saber que a fin de año cuatro millones no cobrarán ningún tipo de ayuda y a pesar de todo mantener la misma política económica, es tan irresponsable que debería ser delito.
Las encuestas plantean una situación de desesperanza en la población, con los partidos mayoritarios en caída libre, y con los líderes con un suspenso generalizado. Ya no se cree en nada ni en nadie, se han convertido en el problema los que cobran por sacarnos de él.
No se trata solo de la corrupción sistemática, de un Rajoy escondido e incapaz. Entre unos y otros, entre sus chanchullos y su mediocridad, están poniendo en peligro el sistema arruinando a sus ciudadanos, expulsando a los débiles a la miseria o a la emigración, por salvar sus chiringuitos, sus privilegios miopes.
¿Nos daremos cuenta a tiempo?
Publicada en EL CORREO como "Carta al director" el día 7/05/2013
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