Ahora mandan los demagogos y los charlatanes. La política
entendida como medio para solucionar problemas, para hacer partícipes a los
ciudadanos de su presente y de su futuro, se ha convertido en un instrumento de
dominación, de aniquilación de las clases medias, de derechos de los
ciudadanos.
La educación y la sanidad públicas son dos pesadas cargas
para la sociedad, que hay que aligerar para retomar la senda de una
recuperación ficticia cada vez más lejana. Ya no servirán para que tengamos los
ciudadanos unas coberturas mínimas pagadas con nuestro esfuerzo, sino para
enriquecer a unos pocos a costa de toda la sociedad. Ni siquiera importa que en
Madrid una cama gestionada en un hospital privatizado sea un 36 % más cara que
en un hospital público.
Ahora llega la hora de demoler la justicia universal y
gratuita. Como no se puede privatizar se limita, y habrá que pagar para
defendernos ante el Estado, exento de las tasas, y las Empresas, que las
deducirán de sus gastos. ¿Para qué pagar una indemnización si la víctima no
tiene medios para reclamarla?.
Hemos vuelto a la ley de la selva después de un corto paseo
por una modernidad con derechos y libertades. Y no hemos sido capaces de hacer
nada por defenderla.
Arrigorriaga 23 de
noviembre de 2012
Publicado en ELCORREO como "Carta al director" el 2 de diciembre de 2012
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