viernes, 27 de marzo de 2009

Capitulo 7

Todo regresa a la normalidad. Los nubarrones se dispersan, y se levanta una sauve brisa que renueva el aire. La crisis se da por concluida, se relaja el ambiente. Sigue el trabajo diario, los temas a completar y mejorar, discusiones y soluciones.
No han conseguido desestabilizar a la dirección, y han cosechado una sonora derrota, que deberemos prorrogar y amplificar. Han jugado sucio, y eso deben saber que tiene un precio, alto y doloroso. Hemos visto que no se puede dejar un flanco descuidado, que lo van a aprovechar. Pero que pese a que las cosas parezcan perdidas, nunca se puede ni bajar los brazos ni perder la esperanza.
¿Y tú? Has cumplido, has demostrado que conoces tu función, y la has desarrollado. La seguridad quedó garantizada, y supiste analizar el problema y sus efectos. No fue tan grave como parecía en un principio, y tu situación personal vuelve a la normalidad. Tranquilizadora palabra.

jueves, 19 de marzo de 2009

Playa de Berria. Santoña (Cantabria)

Capitulo 6

Pero no desaparecía la desazón. Sabía que algo no funcionaba. Tal vez fueran figuraciones suyas, pero no le miraban a los ojos.
Trabajaba igual, con sus aciertos y sus errores, y lo seguiría haciendo pasara lo que pasara. Siempre había dormido bien, con la conciencia tranquila, y esa angustia era algo nuevo para él. La solía controlar con ejercicio físico, pero eso solo la tapaba.
En su fuero interno tampoco quería saber. Sospechaba que personas de su confianza le habían fallado, y no quería escucharlo. Era bonito vivir en su paraíso, trabajar duro y recibir recompensas, todo blanco o negro, idílico y fácil. Pero ese lugar es pura ficción.

martes, 17 de marzo de 2009

Capítulo 5

Por primera vez en mucho tiempo se empezaron a ver claros en la espesura. Si hasta el momento las circunstancias no habían precisamente ayudado, ahora la situación quería volverse propicia. No era nada perseguido, aunque si previsible, y el muro que nos había rodeado a la empresa comenzaba a desmoronarse.
La luz se veía cerca, y toda la campaña de acoso a la dirección perdía fuerza. Ante la falta de argumentos legales y sin capacidad de maniobra, los rivales reculaban sin remedio, y la falta de argumentos técnicos podía terminar en fracaso.
Y eso se estaba aprovechando. Era el momento de demostrar que repetir cien veces una mentira no la convierte en verdad.

lunes, 16 de marzo de 2009

Capítulo 4

Empezó como en los buenos tiempos. Le apetecía sentirse libre dando su opinión, publicándola pese a saber que no iba a gustar. No compartía las dudas, la eterna indefinición, el querer quedar bien con todos. Había que tomar partido, presentar por fin una postura clara con todas sus consecuencias. Y él lo hizo.
La ceremonia contenía dos partes. Una atreverse a mandarla, y la segunda esperar a su publicación. Podía ser que sí o que no, mañana mismo o en unos días, por lo que comprar el diario tenía otro atractivo añadido. Le hacía sentirse bien y además le apetecía.
Lo siguiente era reivindicarse, asumir y empezar a trabajar. Y ya estaba hecho.

Capítulo ¿3?

La vida seguía su curso, dentro de la continua sorpresa de los últimos tiempos. Estaba claro que ya no iba a volver la tranquilidad anterior, y que debía plantearse su vida en todos los ámbitos. Había comenzado una lucha sorda, en la que no dejaba de ser un peón, y en un principio además trofeo. Después de tantos años se había encontrado en medio de una pelea, sin comerlo ni beberlo, solo por el hecho de estar ahí, en un buen sitio en un mal momento.
Pero ya estaba bien de compadecerse, y de buscar culpables fuera de si. Se había dormido, habia dado por supuesto que su sola presencia solucionaba los problemas, y había descuidado su obigación.

jueves, 12 de marzo de 2009

Todo empezaba a mejorar. Habían abandonado el hospital, y ella se encontraba bien. Tenía dolores, molestias y quejas. También sus aprensiones, pero eso formaba parte del paisaje normal. Echaba en falta el contacto con ella, y esos ruidos le decían que ya estaba en casa.
Bajaba el trabajo, la rutina habitual se la devolvía. Volver a quejarse porque duerme encima, porque le quita la manta y porque le despierta. Porque no sabe dormir solo.

Capítulo 1

No se podía quejar. Tenía una buena vida, una familia y una situación desahogada. Le gustaba su trabajo, y escuchaban sus puntos de vista. Por eso aquella mañana se sintió tan mal.
Analizó qué estaba pasando, y después de muchas vueltas vio nubarrones en el horizonte. Tampoco era tan grave, solo modificaba una buena situación. A partir de ese momento debería tomar precauciones, ser mucho más precavido en sus actuaciones y prepararse para futuras emboscadas. Ahora sabía que había despertado envidias, no sabía muy bien porqué, y que había gente que intentaría perjudicarle.
Todo presentaba una nueva dimensión. Había que cambiar moderadamente de estrategia, empezar a sumar apoyos y dejar de ir a pecho descubierto. Sería más complejo, pero más estimulante.
Y había acertado en lo fundamental: si se hubiera dejado llevar por un primer impulso, lo estaría lamentando. En tiempos de crisis las respuestas deben ser especialmente meditadas, y había acertado esperando, sin tomar decisiones al calor de los acontecimientos.
Ahora comenzaba la segunda fase. La suya. Habían descubierto sus cartas con bastante torpeza, y eso había que aprovecharlo.

lunes, 9 de marzo de 2009

Capítulo 0

Intenté hacer las cosas bien. Me involucré en el proyecto, y lo hice de tal manera que quité horas a los míos. De hecho salió adelante, conseguimos el contrato por primera vez, pero de pronto todo se cayó. El responsable del éxito pasó a ser el culpable de ... ¿la victoria?, y sin solución de continuidad recibí toda una colección de golpes, no sé si inmerecidos, pero si inesperados.
Dudo hasta de cómo pedir explicaciones. ¿A quién?, y sobre todo, ¿porqué?. No consigo que me abandone esa desazón, ese nudo en el estómago que me retrasa el descanso y me amarga el carácter. Me siento traicionado de la peor manera: sin saber porqué.

Comencemos ...

Mi hija me acaba de crear este blog. Esto significa que tengo más de treinta, y que por cierto no me llamo Iker.
No tengo nada especial que contar, y no sé si mañana continuaré con esto. No me preocupa que lo lea nadie porque lo hago para mi propio consumo, y no me apetece ponerlo bonito, para quedar bien con no sé quién.
El título es una invitación, pero desconozco el motivo y el destinatario. Me ha gustado, sin más. Tal vez sea porque no estoy en mi mejor momento, ni tampoco lo está mi entorno. Será que los biorritmos están bajos, que tenga sueño o que me sienta profundamente traicionado.
Tal vez escriba una historia por capítulos. Será o no será autobiográfica, tendrá que ver algo con la realidad o simplemente saldrá lo que fluya. O no volveré a escribir. Pero necesito combatir mi desazón.