Intenté hacer las cosas bien. Me involucré en el proyecto, y lo hice de tal manera que quité horas a los míos. De hecho salió adelante, conseguimos el contrato por primera vez, pero de pronto todo se cayó. El responsable del éxito pasó a ser el culpable de ... ¿la victoria?, y sin solución de continuidad recibí toda una colección de golpes, no sé si inmerecidos, pero si inesperados.
Dudo hasta de cómo pedir explicaciones. ¿A quién?, y sobre todo, ¿porqué?. No consigo que me abandone esa desazón, ese nudo en el estómago que me retrasa el descanso y me amarga el carácter. Me siento traicionado de la peor manera: sin saber porqué.
Dudo hasta de cómo pedir explicaciones. ¿A quién?, y sobre todo, ¿porqué?. No consigo que me abandone esa desazón, ese nudo en el estómago que me retrasa el descanso y me amarga el carácter. Me siento traicionado de la peor manera: sin saber porqué.
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